No son los dos sexos superiores o inferiores el uno al otro. Son, simplemente, distintos

lunes, 18 de julio de 2011
Cuando las personas hablan acerca de tener sexo usualmente quieren decir tener coito que es la penetración del pene dentro de la vagina. Usted es virgen si no ha tenido coito. Usted no es virgen si ha tenido coito.
No se deje presionar pos sus compañeros de grupo acerca del sexo. Nadie le puede decir a usted lo que debe hacer con su cuerpo o cuándo lo debe hacer. Tener sexo para sentirse aceptado o aceptada no le hará sentirse bien o como un adulto. Y además usted puede adquirir una reputación de ser "rápida" o "fácil" lo cual le va a hacer sentirse incómoda. La decisión de tener o no tener sexo es privada. Usted no tiene que compartir ese tipo de información con sus amigos si no lo desea.
El sexo también conlleva riesgos emocionales. Si usted tiene sexo cuando no está preparado o preparada pues alguien le está presionando usted puede sentirse mal acerca de si mismo o de si a su pareja usted realmente le importa. Usted puede tener que lidiar con consecuencias que usted no pensó tales como el embarazo o una ETS.

MADRES SOLTERAS
Ser mamá soltera ya no es un pecado, como en el pasado. Sin embargo, es necesario buscar asesoría profesional para que el menor crezca en un ambiente sano y sin ningún tipo de falencias por la ausencia del padre.
En el mundo existen madres solteras por elección: aquellas que deciden tener un hijo cuando el reloj biológico se empieza a cerrar y la pareja no llega. O las que deciden separarse de su pareja porque la relación no funcionó.
Pero también existen las madres solteras abandonadas: mujeres que fueron rechazadas por el hombre.
Es el caso de Lucía: un atraso en la menstruación era la única prueba que ella tenía sobre su posible embarazo. Tenía 23 años. Habían pasado dos meses desde su última relación sexual. El hombre con el que había estado era publicista, dueño de una multinacional colombiana. Se habían conocido en un bar y allí mismo él le había dado su número telefónico, porque a ella sus padres no le permitían recibir llamadas. Los encuentros con Carlos, aquel hombre, eran a escondidas, porque la familia de Lucía era tan conservadora que no permitía que tuviera amigos y mucho menos novio.
Un día se levantó dispuesta a realizarse la prueba de embarazo. El resultado: positivo. Por su cabeza empezaron a pasar varias ideas, entre ellas: abortar, irse de su casa o suicidarse. Pero ninguna idea la convenció. Así que decidió encerrarse en su habitación.
Los síntomas no dieron espera: agrieras, vómito y le cogió fastidio al sonido del balero o coca, con el que jugaban sus hermanas. Una de ellas se percató del asunto y les contó a sus dos hermanos mayores. Ellos, decepcionados de Lucía, la obligaron a ir a la droguería de los vecinos de su casa, donde abortaría. Sin pensarlo, en ese lugar, Lucía encontró las personas que salvarían la vida de su bebé. Los dueños de ese establecimiento le dijeron que no matara una vida. A esto se sumó lo que ella estaba sintiendo: “el bebé que estaba en mi barriga me daba compañía y calor. Era lo que necesitaba en ese momento”, relata con dulzura.
Decidió afrontar la situación. Su padre la sacó de la casa con una cachetada y unas palabras fuertes: “Váyase y aborte, o cuando lo tenga, regale a ese muchachito”.
Desde ese momento empezó el calvario de Lucía. Ella fue a buscar al padre de su hijo, pero nunca apareció. Le dijeron que había viajado a Estados Unidos. Así que le pidió hospedaje a su hermana mayor. Mientras crecía ese ser en su barriga, ella trataba de alimentarse sanamente. Pero nunca tuvo la posibilidad económica de realizarse los exámenes gestacionales ni las ecografías. Como tampoco contó con dinero para tener su parto en una clínica privada. Así que le tocó en el hospital público de su ciudad, en el cual le cobraron, pero como no tenía dinero, pagó donando sangre. Quince días después del nacimiento de la pequeña, los padres de Lucía la recibieron en su casa. Hoy, 22 años después, el abuelo ama a la nieta, y los tíos son la figura paternal. Lucía es un ejemplo para su familia, por la valentía y las batallas superadas.
Desde el aspecto médico, embarazarse durante la adolescencia trae serias consecuencias:
- Un problema que se presenta en este tipo de embarazos es la falta de atención médica desde el inicio del embarazo, debido a que generalmente las chicas no avisan pronto a sus padres, tardan en decirles de su situación de 4 a 5 meses, los cuales pasan sin revisión alguna.
- Las mujeres de 16 años o menos corren el riesgo de preeclampsia y eclampsia.
- El bajo peso al nacer de los lactantes hijos de adolescentes aumenta y probablemente se debe a causas orgánicas tales como anomalías placentarias, nutrición deficiente, tabaquismo y consumo de drogas.
- La mortalidad materna en ésta etapa, incluso en numerosas naciones en vías de desarrollo figura dentro de las causas más frecuentes de muerte en las adolescentes, la mayoría se deben a embolia, enfermedad hipertensiva, embarazos ectópicos
- Algunas chicas optan por el aborto a veces clandestino que pone su vida en peligro debido a sepsis y hemorragias presentadas durante el proceso.
Aspecto psicosocial
-Algunas jóvenes madres optan por la adopción que les crea una gran culpa y arrepentimiento, sobre todo en etapas más maduras de su vida.
- Hay quienes deciden tener soltera al hijo, enfrentándose a grandes carencias y dificultades. Su proyecto de vida se ve frenado, sufren agresiones por parte de su familia y del entorno y tienen menos oportunidades de conseguir un empleo (cuando lo obtienen es mal remunerado), sin olvidar que deben educar a su hijo en medio de un ambiente desfavorable.
- Otras jóvenes madres deciden ( si es que la pareja responde) casarse. Sin embargo existen altas probabilidades de que su matrimonio no resulte porque los chicos se enfrentan a un evento inesperado, sorpresivo; no son capaces en esos momentos de llevar una vida de pareja independiente económicamente, no estan lo suficientemente maduros para que su relación perdure, ni estan preparados para recibir un hijo y mucho menos cuidarlo.